Pueblos de ensueño en el Círculo Polar

Cuando pienso en uno de los pueblos más bonitos que he visto, en mi lista no puede faltar Henningsvær, una pequeña localidad de pescadores ubicada en las islas Lofoten.

Estas impresionantes islas están situadas dentro del Círculo Polar Ártico noruego. Por su situación, es uno de los puntos más importantes de la industria pesquera noruega en el norte. Algo que podrás comprobar fácilmente al recorrer sus caminos y pueblos.

Henningsvær en sí misma es un conjunto de pequeñas islas conectadas entre sí por puentes. Por eso podrás ver el mar entrando en todos sus recovecos.

El mar pasando por el centro de Henningsvær
Nubes bajas llegan a  Henningsvær – CC RM
Casa de colores vivos en Henningsvær, Lofoten, Noruega
Casa colorida en Henningsvær – CC RM
Casa en blanco y negro en Henningsvær
Casa en blanco y negro en Henningsvær – Copyright RM

Al recorrer las Lofoten verás sus pequeños puertos llenos de barcos y aparejos de pesca. Y cerca del puerto las espalderas de madera que sirven para secar el bacalao. Sólo se llenan en invierno, durante la temporada de pesca. En verano quedan unas estructuras de madera vacías, dándote pistas cuando las ves por primera vez de que estás en una zona pesquera.

Un clima peculiar

En las Lofoten, durante los meses de Junio y Julio no se pone el sol, un fenómeno que se conoce como sol de medianoche.

La primera vez que experimenté el sol de medianoche se me hizo complicado dormir. A finales de Julio, si miras por la ventana a las 2:00 de la mañana ves que es completamente de día. El sol no se mantiene en su zénit, pero la luz parece la de un eterno atardecer. Y en los paises nórdicos no hay persianas en las ventanas. Supongo que porque durante todo el año sus habitantes ansían la luz del sol. Por eso, dormir a plena luz del día puede hacerse difícil.

Como contrapartida a los días sin fin, durante el mes de Diciembre el sol no sobrepasa el horizonte. Pero aunque el sol no aparezca sí hay un poco de luz, que no dura más de 2 o 3 horas. Este fenómeno es el que se conoce como noche polar.

Otro detalle curioso es su clima suave durante el verano. Cuando pasas la línea imaginaria del círculo polar imaginas que el clima será bastante frío. Pero durante algunos días de verano el clima es cálido, e incluso  puedes ver a gente bañándose en alguna de las pequeñas playas que salpican las islas.

Paisaje con el Mar del Norte y montañas al fondo
Atardecer en Henningsvær – CC RM
Anocheciendo en el tren de Narvik a Estocolmo
Anocheciendo en el tren de Narvik a Estocolmo – Copyright DG

Conducir en las Lofoten

La E10 cruza todas las Lofoten, conectando las mismas a través de puentes y túneles. Está considerada como una de las carreteras escénicas más bonitas de Noruega, y su fama está justificada. Los tramos más interesantes de la carretera son los que cruzan el mar a través de los puentes que unen las diversas islas. Las cuidadas casas de colores de sus pueblos acaban de darle al paisaje un toque mágico.

Casas de colores al lado de la carretera, Islas Lofoten, Noruega
Conduciendo en las Lofoten – Copyright RM
Carretera en las islas Lofoten, Noruega
Conduciendo hacia Henningsvær – CC RM

Como no disponíamos de mucho tiempo nosotros cruzamos la E10 hasta Henningsvær. Pero si es posible lo ideal es recorrerla hasta Å, la última población de la carretera.

Alojarse en un rorbuer

Un rorbuer es una antigua casa de pescadores. Con los años, la vida a bordo de los barcos se hizo más confortable y sobre todo a partir de los años 1960’s empezaron a quedar en desuso. Muchos de ellos desaparecieron, y algunos fueron reconvertidos en alojamientos para el turismo que llegaba a las islas.

Las noches que pasamos en Henningsvær nos alojamos en uno de esos rorbuer. Levantado sobre un muelle de madera, tenía una pequeña cocina-comedor, un lavabo con ducha, sillas y mesas en la calle y unos colchones en el suelo de la buhardilla. La casita forma parte de un conjunto, por lo que la entrada y salida del alojamiento viene a ser como la de un hotel.

https://www.henningsvar-rorbuer.no/es/

El complejo ofrece varias actividades, entre ellas el alquiler de barcas. La primera tarde que llegamos alquilamos una de esas barquitas pequeñas a motor y dimos la vuelta a la isla. Una bonita experiencia para entrar en contacto con la vida marinera de las Lofoten!

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