Bosques, niebla, lluvia, una carretera con vistas para transitar con calma. La Highway 101 que recorre la costa sur de Oregon es una combinación perfecta de árboles enormes, playas de arena finísima y el mar.
Artesanía de madera
A la mañana siguiente de nuestra visita a Redwood (haz click aquí para más información), dejábamos Trinidad para seguir nuestro camino por la 101 hacia Oregon. Pero no queríamos dejar Redwood sin antes haber comprado una figurita en alguna de las tiendas de artesanía que se pueden encontrar al borde de la carretera. Venden sobre todo esculturas de madera grandes, que deben ser muy típicas de la zona. Se podían ver adornando la entrada de muchas casas. En nuestro alojamiento en Trinidad también había una: un oso un poco surrealista que te daba la bienvenida. Como no podíamos transportar nada grande en el viaje de vuelta, compramos una pequeña sequoia de madera, qué mejor recuerdo! Entre todos los muebles y bártulos de casa, a estos pequeños detalles comprados aquí y allá les tengo un cariño especial.
Entrando a Oregon
La ruta por la costa desde Trinidad a Florence, donde íbamos a dormir esa noche, tenía una duración de unas 5 horas. Así, disponíamos de tiempo para ir haciendo paradas por el camino. Conducir por la costa es ya en sí un aliciente, y poder hacerlo con tranquilidad todavía más. A continuación adjunto varias imágenes de varios puntos del camino.
Se puede parar en Gold Beach sin tener que desviarse de la Highway 101. Hay un pequeño parking habilitado tocando a la playa donde aparcar fácilmente. Las vistas merecen la pena.
Para poder llegar a Cape Sebastian Viewpoint hay que coger un desvío en la 101 que te lleva a lo alto de una montaña. Las vistas son increíbles, pero el camino a la cima es casi mejor. La carretera es estrecha y te lleva a través de un bosque que parece salido de un cuento gótico. Supongo que la lluvia y la niebla también ayudaban a crear ambiente.
En Port Orford paramos a comer unos sandwiches que llevábamos preparados en el coche. En la entrada del pueblo hay un parking desde el que se puede bajar a la playa. Además hay servicios y cerca alguna cafetería. Y no hay que desviarse de la 101.
Florence y la Sea Lions Cave
Pasado mediodía ya llegábamos a Florence, por lo que nos iba a dar tiempo de visitar la Sea Lions Cave, muy recomendable si sigues esta ruta. Es un punto muy turístico en la Highway 101, pero si olvidas las luces de neón que adornan el camino hasta la cueva y te centras en contemplar a los leones marinos en su hábitat, te gustará. Esa especia de ladrido que emiten se ve magnificado por la cueva, y además puedes observarlos de cerca interactuando entre ellos. Si quieres saber algo más sobre la cueva y sus habitantes: http://www.sealioncaves.com
Desde la Sea Lions Cave también puede verse uno de los faros más famosos de Estados Unidos: Heceta Head Light. Leí en alguna guía que es de los faros más fotografiados del mundo. Y la luz más brillante en la Costa de Oregon. Para los que busquen un alojamiento de lujo, el faro ofrece habitaciones. Está situado en el Cabo de Heceta, que debe su nombre explorador vasco Bruno de Heceta. En 1775 partió en una expedición de exploración por la costa del Pacífico y llegó hasta la actual Point Grenville, en el estado de Washington.
Estancia en Florence
Por la tarde entrábamos a nuestro motel en Florence, el peor alojamiento que había pisado en años. En la web del Lighthouse Inn se podía leer que te alojarías en un edificio histórico. Lo que no dudo. Pero con ese apelativo también se refería a viejo y algo descuidado, lo que daba a las habitaciones un aspecto poco limpio. Se indica que hay wifi, pero no llega a las habitaciones. De todas maneras sólo íbamos a dormir ahí una noche, por lo que después de ducharnos no tardamos en salir.
Florence es un pequeño pueblo situado en la desembocadura del río Siuslaw. Territorio habitado originalmente por la tribu de los Siuslaw, la población de Florence nació a finales de 1800’s como un asentamiento de frontera. Su economía se basaba sobre todo en la pesca y la explotación maderera. Aunque hoy todavía estas actividades están presentes en su día a día, el turismo ha irrumpido con fuerza como fuente de ingresos.
Vale la pena un paseo tranquilo por su Historic Old Town District. Aunque no muy grande, tiene edificios de madera de sus primeros tiempos muy bien conservados. Aquí también encontrarás restaurantes, cafeterías, algún pub, tiendas y galerías de arte. Las tiendas estaban cerradas cuando llegamos, pero no dejamos de probar la comida en uno de sus restaurantes con vistas al río, y de tomar una cerveza en el único pub que vimos abierto a las 9 de la noche. Antes de las 11 prácticamente ya estaba todo cerrado, así que subimos a nuestra poco acogedora habitación a descansar. Al día siguiente continuábamos nuestro viaje hacia el Norte.
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[…] y dejamos el motel de Florence (si quieres saber más sobre la costa sur de Oregon haz click aquí). Cuando no supone un esfuerzo me gusta madrugar. Suele pasar cuando estoy de viaje. La luz al […]