Fundado en 1872, Humberstone era un pueblo minero cuyos habitantes trabajaban las minas de nitrato de los alrededores. Fue abandonado a raiz del desarrollo del nitrato artificial, allá por los años 1960’s. Durante mucho tiempo yació imperturbable en medio del desierto, vacío y sin vida.
Situado en el remoto desierto de Atacama, uno de los lugares más secos de la tierra, los habitantes de esta zona desarrollaron una cultura propia, la llamada cultura pampina. Se manifiesta en su rico lenguaje, su creatividad, solidaridad y sobre todo, su lucha por la justicia social.
Hasta 2002 Humberstone estaba viniéndose abajo. Lo que no hacía la gravedad lo hacía el vandalismo. Pero ese año cambió su suerte y fue comprado por la Corporacion Museo del Salitre, que empezó a arreglar las estructuras que estaban en peor estado. Desde 2005 Humberstone se ha calificado como Patrimonio de la Humanidad, y finalmente los planes para restaurar todo el lugar quizá tomen forma.
A parte de las casas para sus trabajadores, se levantaron algunas estructuras dedicadas al ocio. Una pista de tenis y una de basket, un teatro (que se dice está encantado), y lo más impresionante de todo, una piscina construida del hierro fundido proveniente de un barco que había naufragado en el puerto de Iquique.