Otros en el Noreste de Bretaña

Por las mañanas amanecía con el cielo algo tapado, por lo que cargábamos el coche con ropa de abrigo y cortavientos. En el Atlántico, un día te sobran capas y al siguiente el viento arrecia y la sensación térmica baja unos diez grados. Un clima que, como opinión personal, convierte el verano en una estación más agradable.

Ploumanac’h – Perros-Guirec

Enclavada en la conocida como Costa de Granito Rosa por el magnífico colorido de sus rocas, se encuentra esta zona costera que te invita a conocerla tranquilamente. Perros-Guirec en sí es una comuna que engloba varios núcleos, por eso a veces puede ser un poco confuso saber en qué población estás. En la ruta que sale del puerto de Ploumanac’h no encontramos apenas gente, se puede conocer con la calma de pasear junto al mar y la única compañía de la naturaleza y del viento. El pueblo de Ploumanac’h en sí, donde se encuentra la playa de Saint Guirec, es más turístico. Cuando lo visitamos estaba abarrotado de gente, pero era entendible. Sus casas de piedra tocando la bahía y una espectacular formación natural de rocas rosas lo convierten en un bonito enclave para pasar las vacaciones.

Puerto de Ploumanac’h
En la ruta que sale del puerto de Ploumanac’h
Perros-Guirec, Phare de Men Ruz

Roscoff, Côte des Sables

Roscoff es un pequeño enclave típicamente bretón, con sus antiguas casas de granito construidas por armadores y negociantes y el viejo puerto dominando la bahía.


Para mí lo mejor de la visita a Roscoff fue pasear tranquilamente por todo el frente marítimo del Viejo Puerto, comenzando el recorrido en el Quai Charles de Gaulle y llegando hasta la Chapelle Sainte Barbe. Era una mañana muy tranquila, con poca gente caminando por la calle, aún siendo finales de Agosto. Se oía poco trajín de coches, y las protagonistas eran las gaviotas con sus graznidos. Por varias razones hoy no a todo el mundo gustan estos pájaros. Yo adoro verlas y oírlas, ya que además de ser aves magníficas a las que vale la pena observar, su presencia siempre me trae recuerdos agradables.

Otra actividad recomendable para hacer en Roscoff es curiosear en las tiendas de la rue Gambetta. En algunas tienen regalos gastronómicos de la zona muy originales. Y si tienes que decorar una casa con estilo marinero no dejes de pasarte por la tienda Balen (también venden algunos artículos online www.balen.fr). Me enamoraron sus ballenas de madera.

Château de Kerjean, un castillo fortificado

Enclavado en medio de la campiña francesa, este castillo fortificado se construyó en la segunda mitad del siglo XVI. Normalmente los palacios residencia renacentistas como este no disponían de estructuras defensivas. Pero las guerras de religión que asolaban Francia en esos años hicieron que la familia Barbier, además de preocuparse por la estética del palacio, también mandara construir un foso y un recinto amurallado para proteger el castillo.

Lo primero que llama la atención al caminar hacia el castillo es su palomar circular, una construcción cuyo derecho, hasta después de la Revolución Francesa, estuvo reservado sólo a los grandes señores. Los campesinos tenían prohibido criar o cazar palomas. Además de un símbolo de prestigio, tener un palomar proporcionaba una fuente de abono excelente.

Es posible visitar el castillo y su multitud de estancias, casi todas vacías. Había varias exposiciones que no tenían nada que ver con su historia, algo que eché a faltar. Pero sólo por ver el exterior del castillo y sus alrededores la visita está más que recomendada.

La Bretaña francesa tiene mucho que ofrecer. Nosotros escogimos esta parte del Noroeste para pasar unos días cerca de la costa y visitar los alrededores. Pero seguro que volveremos para seguir explorando este bonito rincón de Francia. Ver entradas anteriores sobre Bretaña:

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